Cobertura: 15 Festival Cievyc Cine 08 Cicatrices y lágrimas



Cicatrices y lágrimas, de Juan Pablo Verdaguer, con Ernesto Imas, Yahiny Rossel, 2008, 9’

El sonido del silencio

Basado en un cuento de Mario Benedetti, Cicatrices y lágrimas es un gran retrato de la soledad. En el principio un sueño que revela la situación del protagonista y cómo se siente excluido de una sociedad que se burla de él debido a la cicatriz que tiene en su cara. En uno de los primeros planos que suceden al título, se lo ve sentado sobre su cama, de espaldas a la cámara y de frente a la ventana de su habitación, que está cerrada. A su vez, parece enmarcado por uno de los dos ventanales, haciéndose aún más evidente el gran vacío que siente en su interior.
La soledad lo acompaña también al cine, donde todos los que lo rodean están en pareja. Pero es ahí donde ve por primera vez a Julia, que llega como un alivio a su vida (alivio que también siente el espectador). Como él, tiene una cicatriz en la cara (por cierto, bastante grotesca) y también está sola.

A la salida del cine, la sigue y la invita a tomar algo; el diálogo que mantienen en el restaurant es algo forzado y se torna un poco largo (el sonido tampoco ayuda, por momentos no se entiende bien lo que dicen y eso genera incomodidad). A pesar de que forma parte del cuento original, tal vez hubiera sido mejor mostrarlo de otra manera o pasar simplemente a esa maravillosa escena en la que tienen sexo sumergidos en la penumbra, y que demuestra que cualquier palabra está de más.

Los planos finales consiguen transmitir la serenidad de los personajes. Abrazados y en silencio, contemplan el amanecer enmarcados por la misma ventana del principio, esta vez abierta. El vacío desapareció… y se llevó con él la soledad y la tristeza.

M. Sol Salaberría

7 comentarios:

Anónimo dijo...

curioso efecto paradojal de esta crítica "a favor", que me extrajo toda gana de ver el cortometraje aludido.

Anónimo dijo...

A mi la crítica me gustó. Eso de comentar como quien lo hizo antes me parece muy de mala leche (y bastante innecesario).

Anónimo dijo...

Me parecio ver un lindo Gatitoz

Anónimo dijo...

"El vacío desapareció… y se llevó con él la soledad y la tristeza."

perfecta síntesis de la sensación que deja el corto. Buena prosa!

Sikanda dijo...

La crítica moderna se ejerce señalando muchas veces qué funciona en una obra y qué no funciona, o qué hace falta. No es algo positivo o negativo, no es una visión propia solamente, es algo que está ahí. "Si el río suena es porque piedras trae". Esto no viene por ósmosis ni nos reproducimos por meiosis.
Es como la voz de Jorge Lanata exclama: las cosas como son. Algunas veces un buen producto produce eso: buenas miradas. Al contrario de cosas que no están completas todavía, y les falta maduración.

No existe la paradoja, porque la crítica no significa hacer observaciones exclusivamente negativas. Pero, como decía el editor del New York Sun, cuando le contestaba a Virginia O'Hanlon: todas las mentes son pequeñas, las de los adultos y las de los niños, todas son pequeñas, somos hormigas en un universo que jamás alcanzaremos a abarcar.

Algunas mentes no se limitan a su pequeñez. Sol Salaberría no se deja limitar por ello (y la que escribe sabe que Sol Salaberría es, como toda mente brillante, mínima en toda su expresión -porque lo bueno, si breve, dos veces bueno.). He aquí una mente pequeña, pero generadora de frases excelentes. Lo dice una Lic. en Letras.

El que quiera refutar esta opinión, lo invito cordialmente a que me muestre basado en cuales líneas de pensamiento crítico.

No hay sólo escritores incipientes haciendo esta cobertura. No somos mentes limitadas: no nos supeditamos a una sola carrera, a una sóla manera de pensar, a una sóla línea crítica.

Tampoco debería estar haciendo esta aclaración, pero... Lamentablemente, algunas mentes se autolimitan, y no queda otra que tener infinita paciencia.

Anónimo dijo...

La de Cicatrices es una de las mejores críticas de esta cobertura. Y eso es mucho decir, las vengo leyendo todas hasta ahora.
Por fin pasa algo divertido en el CIEVYC!

Sole Lila dijo...

Cuando nuestro hombre deforme va caminando por la calle y un transeúnte le grita algo así como "Que feo que sos" es inverosímil, innecesario y exagerado...otra vez con eso de subestimar al espectador... si ya estaba perfectamente mostrado!!!!
Esas pequeñas cosas, a las que no puedo hacer caso omiso, para mi, destruyen el corto... y si se pueden perdonar, se pone más difícil hacerlo al ver la imagen de ellos en el bar…
Sin embargo, y aquí viene el dilema, me gustaron mucho algunas puestas de cámara, que fortalecieron a un relato que se veía desfavorecido por la plastilina (se que es difícil hacer cicatrices, pero.... si el corto trata de eso… un poco más de cuidado...)
Concluyo= un corto polémico. Buenas cámaras destruidas por explicaciones innecesarias.