Piezas, De Natalia Cejas
All you Need is…
Si hay algo que se desprende de Piezas es el fanatismo de su directora por Los Beatles, por el demasiado famoso plano de Abbey Road y el tema final Here Comes the Sun. La historia, una vez más, es de una nena que vive con un padre que la ignora. Ella se divierte y entristece a la vez armando un rompecabezas de difícil solución, ya que no puede encontrar una pieza (de ahí el nombre). El retrato de la soledad de la chiquita y su intento de acercamiento al padre está evidenciado en la escena de la merienda. Ella, acompañada de su chocolatada y una vainilla, lee el diario Olé, con poco interés, ya que parece no haber heredado el espíritu futbolero de su progenitor, que llegaba con el diario unas escenas más atrás. Pero lo intenta, no como su padre que no le da ni un beso. En un momento reconforta una pequeña metáfora -forzada por la no existencia de continuidad-, en la que al tomar una foto de su madre hay un contraplano de un vidrio mojado que parece explicar el sentimiento solitario que la inunda. Pero en el corto no pasa nada más... De repente, el padre cae con unas Óreos y saca una pieza “del sombrero” y la coloca en el rompecabezas solucionándole el problema a la niña; un final un poco a los tirones.
Piezas intenta describir la ausencia, pero no se juega a hacerla sentir con ningún recurso extraordinario. Pasa algo, pero no interesa ni se destaca. Más un ejercicio que una tesis, pero para serlo está bien logrado.Soledad Bianchi
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