Mi mundo de cartón, De Jorge Espinosa Castillo, Con Ana Paula Arocca, 2008, 9´5´´
Denuncia social mágica
Mi mundo de cartón parece construir un diálogo entre la televisión, el cine y los cuentos infantiles. Barras de ajuste televisivas, cuenta regresiva cinematográfica y un libro de cuentos sobre la mesa son las primeras imágenes. Mientras hace su trabajo sola, la nena cartonera se detiene ante los grupos de chicos jugando a los que no puede acceder. En esos momentos irrumpe el color en el corto. La primera vez solo en un par de cuadros, cuando el juego es con un perro, luego manteniéndolo cada vez más tiempo hasta que los colores se saturan cuando otra nena (¿ella misma?) salta la soga. Las imágenes están atravesadas por el cuento de hadas que ella desearía vivir y por un pixelado televisivo que parece cubrir las marcas comerciales pero cubre algo más.
El problema es que esta interpretación está hecha más con los restos de imágenes que reconstruí que con el corto en sí. Espinosa Castillo usa bien algunos recursos pero no termina de construir un universo propio y Mi mundo de cartón se hace demasiado largo y repetitivo. Tiene buenos momentos de montaje no realista, como las apariciones del libro de cuentos pasando las hojas; pero otros caen en la sensiblería y terminan distanciando, como la lluvia de estrellas y las caras de la nena mirando a los otros chicos. La impresión final es un conjunto de escenas sueltas que caen en el cliché pero con algunas buenas ideas que pueden ser mejor aprovechadas.
Denuncia social mágica
Mi mundo de cartón parece construir un diálogo entre la televisión, el cine y los cuentos infantiles. Barras de ajuste televisivas, cuenta regresiva cinematográfica y un libro de cuentos sobre la mesa son las primeras imágenes. Mientras hace su trabajo sola, la nena cartonera se detiene ante los grupos de chicos jugando a los que no puede acceder. En esos momentos irrumpe el color en el corto. La primera vez solo en un par de cuadros, cuando el juego es con un perro, luego manteniéndolo cada vez más tiempo hasta que los colores se saturan cuando otra nena (¿ella misma?) salta la soga. Las imágenes están atravesadas por el cuento de hadas que ella desearía vivir y por un pixelado televisivo que parece cubrir las marcas comerciales pero cubre algo más.
El problema es que esta interpretación está hecha más con los restos de imágenes que reconstruí que con el corto en sí. Espinosa Castillo usa bien algunos recursos pero no termina de construir un universo propio y Mi mundo de cartón se hace demasiado largo y repetitivo. Tiene buenos momentos de montaje no realista, como las apariciones del libro de cuentos pasando las hojas; pero otros caen en la sensiblería y terminan distanciando, como la lluvia de estrellas y las caras de la nena mirando a los otros chicos. La impresión final es un conjunto de escenas sueltas que caen en el cliché pero con algunas buenas ideas que pueden ser mejor aprovechadas.
Ignacio Izaguirre
1 comentarios:
Un corto raro...casi que podría estar bueno, pero no. Hay una búsqueda de formas, original pero hasta ahí...diría por la mitad.
Lo de los píxeles me llamaba tanto la atención visualmente que le restaba a la totalidad de la imagen, y lo peor, es que no se si era que la nena no lo podía ver porque no conocía las marcas, que el mundo le censuraba las marcas (lo cual convertiría al corto en una enorme subjetiva) o que intentaron mostrar como era la tele antes de Suar (o que era solo para llamar la atención… esperemos que no sea eso…). Si bien esta bueno como se mostró el NO mundo de la cartonerita, algunas imágenes no tan logradas, y lo extensooooo del corto me hacen dudar de la verdadera intensión.
"cuando otra nena (¿ella misma?) salta la soga" = si era otra nena, no entendí el corto, si era ella misma, nos mintieron y era más grande... se puso un poco hot esa imagen, o salvo que ella misma se imaginara con más tetas...cosa que me parece lo más televisivo, entonces coherente, de ese mundo
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