Festival de cine Cievyc 09: Una nota de azul


Una nota de azul, de Ignacio Balbuena, con Daniella Collini y Rodrigo Yacciofani. 1er año, 2009.

Pretendo descobrir

No último momento

Um tempo que refaz o que desfez,

Que recolhe todo sentimento

E bota no corpo uma outra vez.

Chico Buarque

Colección de sentimiento

No es la historia de Nana, contada en 12 cuadros. No es la historia de una caída. Es sólo un día, una noche, y el recuerdo del comienzo. Pero es indudable que lo que Anna Karina fue para Godard, Daniella Collini lo es para el director Ignacio Balbuena en Una nota de azul. El rostro de la actriz que encarna a la protagonista tiene ese parecido a Nana acentuado por el blanco y negro de la imagen. El director se encarga de enmarcar ese rostro, antes y ahora, más allá y después. La madura cantante y la insegura estudiante.

La diferencia con la historia de Godard estriba en la satisfacción. Nana soñaba con ser actriz de teatro y nunca llegó a serlo. Daniella (se desconoce el nombre del personaje) no sueña con ser cantante. Es una estudiante más, amante del jazz. Amante del blues. Es su amigo, Alejandro (Rodrigo Yacciofani), quien llega para azuzarle las ganas.

Una noche, una salida de amigos, la promesa de un recital que no llega. Es aquí cuando se palpa la diferencia entre la mujer que vemos bailando y cantando en el principio y la chica en blanco y negro. Porque logra crear en el espectador las ganas de ver a esa mujer del principio, cantando. Y ese momento llegará después para Daniella, ahí, en la mujer que ya disfruta de su realización musical. Es increíble lo que un cambio de peinado, de luz y principalmente de actitud pueden lograr en la imagen haciendo pasar a la actriz de chica aniñada a mujer plena.

Se logra a través de la composición. De construir a partir de los detalles, de los toques. Por eso es reiterativo el azul, por eso el leit-motiv del color que se extiende hasta la música siendo el destino de estos dos amigos. Apostando a un color frío logra la atmósfera de calidez para hacer sentir cómodo al espectador, y dejarle un buen sabor de boca. Nada sobra, hasta la conversación trivial del bar acentúa el clima de amistad, de sinceridad, de ingenuidad. Y hacia el final, cuando se teme lo peor, cuando se piensa “y ahora ponen a la chica a doblar una canción y mandan la belleza de lo sencillo de paseo”, surge el mejor de los detalles: la música no concuerda con la imagen porque no es necesario ver a Daniella cantando. Eso habría eliminado el aura de misterio que rodea a la mujer cantante del comienzo, que con una canción –azul, el color más humano- recuerda la noche en que su vida cambió.

Impregnado de nostalgia (sentirse blue, es sentir nostalgia, melancolía), tal vez por la música, el ritmo, la sensación del recuerdo, la calidez de la amistad…

No será Godard, que nos deja suspendidos. Pero Balbuena no necesita serlo. Tiene ese toque de saudade necesario para construir su propia poética.

Norya García

(Alumna del 2º año de la carrera de Crítica y Periodismo)

3 comentarios:

Ignacio Balbuena dijo...

Norya,

Una impresión sobre tu texto, que me encantó y me llenó de felicidad.

Cuando terminé de editar el corto, sentí que no había logrado llegar a narrar la historia que quería. Logré encontrarle una vuelta mejorando la escena del sueño, agregando el blanco y negro y muchos cambios en el montaje (incluida la decisión de no mostrar a Daniela cantando, ni con su voz original, ni doblada)

Sin embargo, aún así sentí que sería díficil para un eventual espectador ver todo aquello que quise poner (la estudiante acomplejada, el amigo que logra sacar adelante las ganas, el ambiente cotidiano, el recital frustrado). Pero vos lograste percibir absolutamente todo, como si hubieras entrado en mi cabeza.

Incluso el final, que lo pensé como lo describís: la idea era no mostrarla a ella cantando nunca, para dejarlo suspendido, misterioso. Y lo viste exactamente así. Incluso llegaste a percibir la relación con el cine de la nouvelle vague, y a Daniela como una "chica godard", referencia que a la que humildemente intenté acercarme.

Y además de todos los elogiosos comentarios y la acertada (exactísima!) interpretación del corto, el texto sobresale por su escritura, estilo, y
redacción.

Me alegro que te haya gustado.
Te invito a que me escribas a ignaciobalbuena@yahoo.com, así hablamos de este corto, asi te digo gracias, y asi hablamos de Godard, del cine y de la vida.

Saludos,

Ignacio

Ignacio Balbuena dijo...

Una cortita:

El corto se llama Una Nota de Azul

=D!

Ignacio

Sikanda dijo...

Ignacio,

Después de leer tantos comentarios donde los estudiantes de dirección se han enojado con nosotros -extrañamente el único corto al que critiqué duro, el director aludido no me dió a mí sino a otro de los chicos, lo que hace aun más bizarro todo- me siento satisfecha de haber captado bien lo que quisiste poner en el corto, sobretodo porque no tenía el catálogo de los cortos, y cada vez que tuve que hacer una critica tuve que investigar mucho. Confieso sí, que con tu corto me fue muy fácil dialogar (no investigué nada, ja!), que pienso, de eso entre otras cosas, es de lo que se trata la crítica.
Pensé que estaba delirando al decir lo de Godard, pero luego meditándolo, mucho después de que publicaran la nota, y cocinando, que es cuando medito, me gustó mucho más esa referencia. Porque pensé que era justo, Godard captaba la insatisfacción que caracterizaba a la vida de una generación entera de esos días. Y yo pienso que esta generación posee "autodeterminismo", algo que las demás generaciones, incluyendo la mía, no tienen. Por eso tu generación logra satisfacciones: sus sueños pueden ser chiquitos, bonitos, feos, baratos, no importa. Los cumplen. Y es como si limpiaran toda esa historia fea y difícil de otras generaciones. Lo cual yo, personalmente, agradezco.

Claro que hay un profesor que seguramente me pegará por decirte todo esto, pero no creo que él comprenda a estas nuevas generaciones llenas de satisfacción (me refiero al que nos puso "vivir su vida" en clase).

Son riesgos que uno aprende a aceptar. It comes with the package.

Gracias, por la corrección del título, ahí se ve mi falta de catálogo, ZAS! Qué cabeza de ñame!, sinceramente...

Conversación aceptada =)

Abrazo,

Norya