Sonríeme, pero sin que note el esfuerzo.
Sonríeme, de Constanza Bugnard, con Santiago Schuffer y Facundo Berzuk, 8´ 48´´, 3º año 2009.
De fondo, la banda sonora de la película de suspenso Sexto sentido. Un plano secuencia en blanco y negro intenta describir el pasado del personaje principal; la cámara se mueve y sigue la línea de los estantes que contienen las fotos de su infancia que pareciera ser feliz. Corte.
En la siguiente escena -ahora en colores- el niño de las fotos aparece sobre-actuando un estado de tristeza, se enoja porque no hay más leche en la caja, la tira y sale de su casa. Corte. Joaquín camina por la calle con una sobre-expresión de angustia, patea una lata y no responde al llamado de sus amigos. Corte.
Estas dos escenas son coherentes con la primera; aquella en la que el plano secuencia hace un intento fallido por presentar al personaje, pero lo único que logra es confundir al espectador -ya que sólo se remarcan momentos “felices” y no se explican los motivos de su angustia-. Por otro lado, la música sitúa en un género que nada tiene que ver con el corto; es decir, no existe ninguna relación entre el comienzo y el desarrollo. Sonríeme intenta dejar un mensaje; generar humor a través de algún chiste intrascendente; tiene bruscos movimientos de cámara, malos encuadres, iluminación despareja y poco cuidada, y recursos usados sin justificación estética.
El argumento no termina de sustentar el relato, carece de conflicto y confunde al espectador. Pero el final termina de armonizar la obra, convirtiéndose en un digno epílogo para un mal comienzo. Una sonrisa incrustada, completamente esforzada cierra Sonríeme que intenta, intenta e intenta pero no llega.
Sol Moschetti
(Alumna de 1º año de la carrera de Crítica y Periodismo)
1 comentarios:
"Pero el final termina de armonizar la obra, convirtiéndose en un digno epílogo para un mal comienzo. "
Genial!
Ya ni me acordaba de este corto... es el del malabarista gay? o hay otro no sorprendentemente parecido?
Publicar un comentario