Festival de cine Cievyc 09: El día infinito


El día infinito, de Eduardo Rizzi, con Lisandro Colaberardino y Estefania Bavassi, 17´56´´, 3º año 2009

¡La puerta! ¡¡La puerta!! ¡¡¡La puerta!!! ¡¡¡¡La puerta!!!!

¡Por favor!, ¿no hay un psicólogo por ahí? Una frase de Lacan dice en letras blancas sobre un fondo negro: “la verdad del yo surge precisamente en la locura, cuando el mundo parece disolverse y es puesta en tela de juicio la diferencia entre uno mismo y el otro”. De igual forma, un travelling detallista sobre una llave representa el ocaso y la dicotomía entre el consciente e inconsciente, y de la posibilidad de saber de lo inconsciente a partir de hacerlo consciente. El psicoanálisis como guía y su objeto (la llave) intentan abrir ¡la puerta! para ver lo que sí o no conocemos.

Un relato hipnotiza al espectador a través de apariciones ocultas, un ojo, una mirada y un rostro evitan florecer para entrar en una oscuridad llena de intrigas. Señales que se entrelazan representados por un símbolo, una llave... un enigma. Allí el sonido, profundo y desértico, está acompañado de una luz tenue. La escenografía atrapa con objetos absurdos como una cabeza echa por alambres o un cuadro cubierto por marcas que van de un lado hacia el otro sin un principio y fin.

Aparece una búsqueda de libertad combinada con el miedo a la soledad. En esos lapsos piezas de un rompecabezas, las llaves entrelazadas o el pasar de una mujer acompañado de un fondo musical que dice “I don't need the time, I need your grace alone”… dan cuenta al pasar de la búsqueda de una puerta o una salida. Alcanza con el buen uso de la cámara, la utilización de las luces, el vestuario opaco, la voz en off en el relato y la continuidad musical en su desarrollo. Es discreta la actuación de los protagonistas al cruzar la puerta, miradas perdidas, los golpes de una cabeza contra un espejo y el encuentro tierno con esa mujer a la que busca (la salida). Retoques que renuevan la visión de Lacan en considerar al yo como algo constituido en el campo del otro, es decir, en lo externo.

¿Qué posee esta historia para que el espectador quede atrapado, o no? El buen trabajo de lo absurdo que crea una atmósfera onírica a partir del choque entre el hombre y la sociedad. Pero también la incoherencia, el disparate y lo ilógico. A pesar de que sea una historia bastante metafórica, el autor encuentra ¡La puerta! ¡¡La puerta!! ¡¡¡La puerta!!! ¡¡¡¡La puerta!!!! En su día infinito.

Carlos Lizarraga

(Alumno de 1º año de la carrera de Crítica y Periodismo)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen trabajo, lograste que me gustara el corto. Objetivo dialéctico completado con éxito.
Adrián Zorro.

Anónimo dijo...

gracias por la crítica.
me pareció muy interesante.

Eduardo Rizzi
(director de "el dia infinito")

Anónimo dijo...

gracias por la crítica.
me pareció muy interesante.

Eduardo Rizzi
(director de "el dia infinito")

Charly dijo...

Me alegro que te haya gustado. A mi parecer, tu corto también fue interesante.
El acompañamiento musical y la escenografía fue un lujo.