Enajenados. De Luciana Digiglio, foto y cámara de Matías Calzolari. 3´30´´, 3º año, 2009
Para un espectador poco atento Enajenados parece basar su atractivo en la técnica de stop motion, en los personajes de plastilina (supongo que es plastilina) o en un perro simpático. Se puede llegar a pensar que estas características por sí solas producen necesariamente ese efecto adorable. Obviamente no es así.
El corto funciona gracias a una conmovedora dedicación al detalle. Cada objeto y cada movimiento están cuidadosamente realizados y pensados. Las expresiones de los personajes les dan vida propia y una existencia real. La película demuestra cómo la verosimilitud, la creación de un mundo propio y la invisibilidad clásica no dependen del parecido con la realidad sino del trabajo en la construcción de ese mundo.
La directora Luciana Digiglio se toma un trabajo obsesivo y dedicado mientras se ocupa de desaparecer de la acción. Sin duda cada uno de los gestos y detalles que vemos llevan mucho más trabajo que cualquier acción espectacular, efecto de montaje o movimiento con cámara en mano. Sin embargo Luciana se entrega a ellos sin pedir nada a cambio. Cada acción del corto está pensada y luego maquillada hasta hacerla absolutamente natural.
La historia en sí es casi nada, es difícil enunciarla sin sonar banal. Un hombre vive enajenado por la televisión. Su perro –conscientemente, o sólo en función de la historia- trata de rescatarlo de esa enajenación. Sus ladridos hasta logran voltear el televisor pero no rescatar al hombre de su alienación.
El logro está en enriquecerla en los detalles hasta el punto de que cada pequeño acto toma importancia, sea narrativa o estética. Hipnóticamente encantador, se nota confianza y amor en todos los recursos utilizados y en el trabajo en sí. Es conmovedor pensar en el minuto a minuto de este rodaje. Acomodar un brazo, modificar un gesto, diseñar un decorado, analizar los movimientos de las manos de una anciana al tejer hasta lograr que sean naturales en un pedacito de plastilina.
Hacer que un perro cobre vida y lo sintamos, al mismo tiempo, lo suficientemente perro para enternecernos y lo suficientemente humano para adivinarle una intención y una emoción. Por ejemplo la decepción cuando el hombre logra acomodarse de costado y seguir con su rutina televisiva.
Alguien me dijo alguna vez que todo se nota. Parece ser la primera regla con la que está hecho este corto. Tanto la fotografía como el sonido tienen las mismas características ya mencionadas. Pasión por el detalle al servicio de la totalidad. Con una enorme generosidad hacia el espectador y una falta de soberbia que provoca envidia a falta de otros pecados.
Sólo dos personas en el equipo técnico son suficientes para cubrir todas las áreas con la misma riqueza, siempre al servicio de la historia. La cámara siempre colocada con criterio y el uso de los cambios de foco alternado con los cambios de planos para pasar la atención de un personaje a otro, demuestran trabajo y observación. El montaje es el que lleva el tiempo de la historia creando un adorable suspenso.
Además de los detalles que enriquecen y producen las acciones principales están los pequeños detalles que le dan cuerpo y profundidad a la historia. El movimiento de la cola del perro, pensado y realizado aunque sea fuera de foco y en la oscuridad, la cara de cada personaje en los portarretratos, el ya mencionado tejido de la mujer. Un movimiento mínimo es el ejemplo máximo de este cuidado amoroso por el detalle. Cuando el televisor ya ha caído vemos la habitación en plano general. Antes de que el hombre baje lentamente su brazo con el control remoto, la mujer del tejido baja, apenas, su brazo libre y mueve casi imperceptiblemente su cabeza. Eso es construir realidad desinteresadamente.
La próxima vez que escuchen un “dejalo así que es lo mismo” o un “igual nadie se da cuenta” comparen Enajenados con la gran mayoría de los cortos de este festival.
Ignacio Izaguirre
(Alumno de 2º año de la carrera de Crítica y Periodismo)
5 comentarios:
!Gran corto!
¿ganó al final?
Nop. Ganó Echenlé sal.
Muy detallista. Gran corto, gran nota.
Pero ganó el Gran Premio Cievyc...
Publiquen todos los nominados y ganadores...
Cuidado chicos de crítica... YA LES CONOCEMOS LA CARA!!!
Jejejeje
Jajaja, tienen las horas contadas los de crítica de segudo.
A los de primero no nos conocen todavia :P
Adrián Zorro.
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