Cobertura del BAFICI 2009: Carta a Juan


Título original : Soy Huao

País: Argentina, 2009

Director: Juan Baldana

Duración: 90`

Guión: Juan Baldana

Producción: Juan Baldana, Mariana Cecchini, Paula Lugea.

Fotografia: Alejandro Armaleo

Montaje: Juan Baldana, Emiliano Fiorentino.

Intérpretes: Comunidad Toñampare, Familia Toca.


La intención del director es noble. Básicamente y de manera solapada, da a conocer los abusos sufridos históricamente por los indígenas desde el descubrimiento de América, y la consecuente aculturación de esas tribus. La que, si antes era socavada mediante la matanza de sus miembros y la religión, hoy lo es también por medio de la escolarización. El documental registra la vida diaria de una tribu, los Huaorani, que habitan la selva ecuatoriana formando diferentes poblados, y de cómo la modernidad modifica sus costumbres en pos de un supuesto bienestar.

Estoy convencida de que los motivos que impulsaron al director para filmar a estas personas y no a un par de monos en el zoo acicalándose deben haber sido por demás de valiosos y respetables, y mentiría si dijera que no me causaron ternura algunas situaciones, pero el punto de mi crítica no esta ahí. Son personas que no merecen ser observadas en su intimidad, porque están por fuera de nuestro sistema de miradas y sin duda al filmarlos se violan los límites que el propio documental pregona.

Quizá mi comentario sea políticamente incorrecto o algo paralizante, pero no sería sincera si negara que mientras miraba los hábitos de los Huaorani no me conmovía como cuando voy al mismo zoológico y veo a los animales atrás de los barrotes o del policarbonato, aunque dos segundos después y en un rapto de lucidez me sienta la peor de todas. Sin embargo, para el hecho de que haya tal exhibición, aunque no esté de acuerdo, encuentro algunos justificativos tales como: la preservación de las especies (gran mentira), al mismo tiempo que se alimentan nuestros deseos más morbosos (gran verdad). Considero mejor la implementación de políticas gubernamentales que limiten los desmontes, la tala en las selvas y así beneficiar la preservación de la especie por la especie, pero eso ya seria otro cantar. Así que volviendo al documental, puedo decir que no consigo ver claramente ningún otro beneficio que supere las expectativas de cualquier director con su obra, y sí una concreta intención de Juan Baldana de crear consciencia desde el lugar que sabe, o desde donde cree que puede hacerlo.

Y acá es donde me tomo el atrevimiento de hablarte a vos Juan, porque creo que surge un verdadero problema que deberíamos plantearnos: ¿Hasta qué punto la buena intención no mata?, o no aculturiza que para el caso viene siendo lo mismo, cosa que vos bien evidenciás.

Lamentablemente, no existe la pura observación sin consecuencias y todos sabemos que la cámara, de manera inevitable, siempre es una intrusa y modifica su alrededor. Y en algún punto creo que querían agradarle y agradarte. Como cuando en la tranquilidad de la casa la mujer le enseñaba a la nena a contar hasta diez en español mientras que vos le hacías un plano detalle a las manos, o como cuando los adultos mirando el lente jugaban a los manotazos y se reían en la noche. Y me parece que ahí es donde esta la falla. Hay algunas cosas que quizás no deban ser filmadas y acá es donde se pone en juego nuestra moral en contraposición con lo que orgullosamente embanderamos.

Antes de la proyección, una de las productoras hizo la salvedad de que por cuestiones estéticas, elección de tu parte, el film iba a ser proyectado en lenguaje guaraní sin subtítulos, a lo que a mi alrededor escuché a un par hacer los mismos comentarios de siempre: uhhh que bajón!, me levanto y me voy…. pero se quedaron. Y no solo eso sino que aplaudieron contentos al final, al igual que yo. Tu elección en ese punto fue acertada. Pero después que me fui mirando para abajo, algo pensativa y bastante triste y atravesé nuestra realidad de Shopping, por demás de agitada y poco comprometida, entendí que tu elección fue moral, fue con culpa, seguramente la misma que sentía yo por ser descendiente de conquistadores como vos. Por lo que seguí pensando un poco más para llegar a una conclusión. Exigirme desde mi lugar de espectadora el mismo compromiso que te recrimino a vos. Por lo que me propuse, a partir de tu documental, no volver a ver nunca más ninguno como este, no para negar una realidad que de hecho me hace mal, sino sencillamente porque para mostrarme lo invasivos que fuimos, es inevitable volver a serlo.

Mariné Fernández Gianni

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