Título original: The Time That Remains
País: Francia / Bélgica / Italia / Reino Unido
Año: 2009
Duración: 90´
Director: Elia Suleiman
Reparto: Elia Suleiman, Saleh Bakri, Samar Qudha Tanus
Time That Remains está impregnada de una energía visual constante. Cada encuadre crea un espacio compuesto por la intensidad plástica que sostiene, con un nivel de representación inquebrantable, que sorprende por su delicadeza. La fotografía retrata la fidelidad de una intención premeditada. Los planos de estructura arquitectónica mantienen una belleza inmutable, indicio de la búsqueda del director. No en vano tardó 7 años en filmarla, luego de Intervención Divina, su anterior largo de ficción, que rodea la misma temática.
Tres estados sucesivos se presentan a partir de la rendición árabe ante el ejército Israelita en 1948: La lucha, la resignación, el desconcierto. La vida de los palestinos es unconflicto permanente por no pertenecer más a su propia tierra y ser perseguidos por su condición étnica. Nazareth está envuelto en el forzado exilio de muchos, en la eterna lucha de los que prefieren quedarse. El protagonista intentará abolir las condiciones pautadas por el enemigo, luchando por su identidad y la de su pueblo. Pero solo logra convertirse en perseguido, y esto lo alejará de la resistencia. Su vida la entregará a cuidar a su familia, a sus vecinos, a pescar, tal como su esposa se dedica a la gran tarea epistolar de comunicarse con los parientes exiliados, que no volverá a ver. Quedan dudas si la confección de armas para la resistencia no sigue siendo su profesión oculta, como en los viejos tiempos, y pescar sea solo un acto para enmascarar la entrega de las mismas. Pero claro, esta es la visión de su hijo y director de la película Elia Suleiman, que deja la incógnita abierta porque quizás para él también lo sea. Su niñez, dentro del film, representará el estado de abulia de la nueva generación, nacida bajo leyes ajenas, anestesiada por la terrible locura de un muro separatista. Fuera de la ficción filma The Time That Remains, para representar la lucha de su padre, la resignación de su pueblo entregado a los Israelíes, y su desconcierto ante la estupidez de una realidad inevitable. Fuera de la ficción intenta hacer lo que dentro de ella no puede, desde la acidez de una mirada cansada de tanto mirar y no poder hacer nada.
Elia Suleiman, dibuja su vida en cada plano, con el objetivo de explicar lo ridículo y salvaje de un suceso que sigue existiendo en forma de muro. Pone la cámara distanciándose de los hechos, para así reflejarlos de un punto de vista objetivo, exhibiendo el capricho de una guerra sin sentido. Pero hacia el final, cuando él mismo aparece en escena, se torna más subjetiva, para mostrar su intención, para descubrir su secreto. Se nota la ira contenida en su mirada, con ganas de retomar la lucha de su padre. También su reacción nostálgica al ver su madre, vieja y triste, ignorando los fuegos artificiales de una navidad separada en mil partes. Se descubre en su actuar la necesidad de hacer algo con lo vivido, llevándolo a cabo en esta película. Así pasa a formar parte de la resistencia, como su padre, en el tiempo que queda.
Soledad Bianchi
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