Música en espera, 2009
Dirección: Hernán A. Goldfrid
Nacionalidad: Argentina
Intérpretes: Diego Peretti, Natalia Oreiro, Norma Aleandro
Ezequiel Font (Diego Peretti), dedicado a realizar música para películas, está buscando un leitmotiv para una escena y cree hallarla en la musiquita de interno de la central telefónica del banco. Paula (Natalia Oreiro), sub gerente del banco, está en los últimos días de embarazo. Su madre (Norma Aleandro) llega de España y aun no se anima a decirle que su novio se rajó desde “la noticia”. Mientras Ezequiel se escabulle entre los cubículos del banco buscando la melodía, las dos historias se unen. El pasa al papel de novio para que Paula pueda seguir con su secreto y a cambio lo deje buscar entre los internos.
Cuando un músico es el protagonista de una película, se debe dar una importancia suprema al sonido. Más aun si el músico en cuestión está en búsqueda de Una música. La película logra un leitmotiv constante que obliga al silbido ni bien se sale de la sala. El gran problema de sonido que tiene nuestro cine, aquí se supera inmensamente. Aunque sólo en una escena deja mucho que desear la dicción de Peretti: cuando están por besarse por primera vez, la música acompaña el momento pero el crescendo de la misma opaca el remate del personaje. Sin embargo, son sólo unas décimas en contra de un guión excelente con silencios y puteadas muy cuidados que no caen en un argentinismo falso o la repetición tediosa.
La sección del festival “A sala llena” fue un buen refugio para resguardar esta comedia romántica que representa al cine argentino que vale la pena ver.
Adrián Zorgno
2 comentarios:
lamento disentir con vuestra crítica, pero más allá de mi gusto contrario hacia esta película, me hace ruido la frase "El gran problema de sonido que tiene nuestro cine". Ese problema, sino técnico, está dado en la mayoría de las películas, en todo el mundo. El relegamiento de los planos sonoros, de su importancia, de los leiv motivs, etc, no es un problema nacional. Véase el ejemplo preciso, Leonardo Favio, en Nazareno Cruz y el lobo.. un ejemplo de Leiv motiv apasionante y funcional. Véase Vikingo, para contrastar completamente con lo anteriormente dicho, el nivel de sonoridades, hasta el punto de poner en plano un contrabajo y escuchar el sonido del dedo golpeando con la madera, es aluciante, envidiable para cualquier cine, incluso para el Mainstream, que llena de clishés los oídos y nunca de sensaciones.
Igual, a lo dicho agrego, que me gustó mucho el énfasis en cuanto al sonido, sobretodo, por encontrar la relación del mismo con la escencia de la película.
Aprovecho para destacar su activa y auspiciosa participaciópn en el festival... es una máquina de producir notas, concisas y entretenidas. Lo felicito!
Saludos!
Hago un mea culpa respecto de esa frase. "...nuestro cine" es demasiado abarcativo y prejuicioso de mi parte. Creo que fue una generalización injustificada que con buenos ejemplos has refutado.
Al caso viene una recomendación personal: en el último número de El amante hay una entrevista a un argentino musicalizador de películas muy iunteresante. Que justamente trabajó con el citado director en Gatica, el mono. Y habla del tema que impulsa su comentario.
Gracias por tu crítica.
Adrián Zorgno.
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