Festival de cine Cievyc 09: No me digas adiós…


No me digas adiós… (Todavía), de Jorge Espinoza, con Javier Olguin y Maximiliano Re, 13’, 3° año 2009.

¿Te puedo decir adiós ahora?

Decisiones. Hay ciertas oportunidades que uno no puede dejar escapar, eso es cierto. Pero ¿a qué costo? Sí, el corto llegó al festival, pero despliega tanta cantidad de horrores técnicos que no se sabe qué convenía más: no participar de la muestra o dejar que un corto hecho a las apuradas (o no, que es lo que más asusta) hable mal de sus creadores.

Ya en la primera toma se ven las desprolijidades. Un auto se detiene mientras la cámara se mueve de derecha a izquierda hasta enfocarlo; en este travelling la cámara llega a vacilar tanto, que marea. Como también marea en las escenas desde dentro del auto que va a toda velocidad, y que finalizan con un zoom que logra que el espectador ya necesite un Alka-zeltzer o un Dramamine. En cuanto al montaje y cómo avanza la historia, el corto hace que uno nunca sepa en qué momento del relato se encuentra: no hay un indicativo de nada, ni del día, ni de la hora, y los cortes bruscos entre escena y escena no ayudan tampoco (de hecho, descolocan al espectador dejándolo más confundido de lo que estaba). En la iluminación y el color, también hay cambios abruptos, como en la escena en la que Adrián y Gastón están en un bar, y el color cambia de normal a azul, sin razón aparente. Por último, unas breves líneas sobre el sonido, la joyita de la corona del corto. Las voces se ven pisadas por la música en varias ocasiones (la escena en la que revisan las fotos casi ni se les entiende lo que hablan) o por el sonido ambiente. Una curiosidad: cuando a Gastón le suena el celular, ¡ni siquiera se cuidaron de eliminar la interferencia que genera la llamada entrante con los micrófonos! Y si de micrófonos se trata, vale la pena mencionar el que se ve en la escena del bar. Sí, así de cuidado está el corto (por eso la duda de si está hecho a las apuradas o no).

Decisiones. En el corto, el personaje de Gastón toma la decisión de no seguir con Adrián, si es correcta o incorrecta sólo el tiempo lo dirá. Como así también se dirá en el caso de la que tomaron Espinoza y cía. al decidir presentar este corto.

Exequiel Reydó

(Alumno de 1° año de la carrera de Crítica y Periodismo)

12 comentarios:

joe dijo...

busque mil formas de defender este corto y en mi afan redundante no logre salvarlo, completamente de acuerdo con el señor.

Nicolás Sorrivas dijo...

Aún no entiendo cuáles son los criterios de estos "nuevos críticos" del Cievyc para destruir, casi a quemarropa, los cortometrajes de sus compañeros. Que hay fallas en "No me digas..." es cierto, como también hay fallas en los cortos ganadores del festival, como también había fallas en mi propia tesis con la que egresé del Cievyc, hace años, por suerte. De eso se trata, del error, si no sería innecesario estudiar. Si fuéramos Campanella o James Cameron, o mejor aún, de esos a los que los estudiantes de cine "admiran" casi ciegamente, y que seguramente vivieron en Europa (o más allá todavía), NO NECESITARÍAMOS APRENDER CASI NADA. Y digo casi porque incluso Tarkovski, Tsai Ming Lian, Godard y Pasolini, también tuvieron errores.
De todas formas, la malicia de la crítica de "No me digas adios...", deja de lado los aciertos del cortometraje ¡que también son muchos! El preciosismo de ciertos encuadres (uno de los personajes reflejado sobre un ventanal fragmentado verticalmente, el hermoso travelling de los títulos del final), la bella y cuidada fotografía (¿acaso no sintieron el achatamiento en el 70% de los cortos filmados en video?, aquí eso no sucede), el riesgo de intentar jugar con metáforas para nada burdas sobre la búsqueda y el amor, el intento por decir algo y no nada como en tantos otros ejercicios de estudiante...
Festejé que el CIEVYC abriera la carrera de Crítica de Cine porque es importante para una institución experimentar con todas las caras del cubo que significa la producción audivisual. Sin embargo, al leer algunas de las críticas publicadas en el blog, ya no estoy tan contento. Ver la paja en el ojo ajeno es demasiado fácil. ¿Por qué entonces no intentamos construir en lugar de destruir? Al fin y al cabo todos nosotros seguimos siendo estudiantes.

Яoмy dijo...

Señor Sorrivas, es verdad que el corto tiene aciertos, pero tamaños errores terminan por quitarle cualquier mérito que pudiera tener.
Me parece que más que defender al corto, lo único que hace es tratar, sin poder, de justificarlo. En su comentario, termina estando de acuerdo con el crítico Reydó: el corto tiene fallas. Lo que usted está pidiendo es que la critica sea benevolente porque el "director" recién se gradúa, pero ese es precisamente el problema. Esa persona se está graduando, está consiguiendo ser etiquetado de la misma manera que aquellos genios que usted bien nombró: Cameron, Tarkovski, Godard, Pasolini... y si vio películas de ellos, no le debe ser muy difícil darse cuenta de las diferencias entre los grandes realizadores y los otros que usted, sin argumentos, intenta defender.

Nicolás Sorrivas dijo...

Nada más lejano a mi que la benevolencia. Se trata más bien de buscar un discurso de construcción, de metalenguajes, en lugar de la destrucción por la simple destrucción. Sino el aprendizaje carece de sentido.
El festival del CIEVYC tiene objetivos totalmente diferentes a los de cualquier otro festival: se trata de una especie de radiografía de lo que sucede dentro de la institución, de cómo se enseña y de cómo se aprende. De ahí mi subrayado acerca de la etapa que atraviesa el director de "No me digas..."
Lo que si ESTOY SEGURO es que la crítica inicial, en realidad la actitud crítica de varios de los alumnos de la carrera de crítica del CIEVYC es de MALA LECHE.
Por eso, propongo una especie de tregua. No seamos benevolentes pero tampoco seamos tanques destructores. Nuevamente, estamos aprendiendo. Ustedes, los directores de los cortometrajes del festival, todos nosotros.

Anónimo dijo...

Sí, que ninguno nace siendo Campanella, o Tarkovski, o Godard (y que también cometieron su cuota de errores) es cierto. Como también lo es que quizás este criticando a un futuro James Cameron. Pero, lamentablemente, mi tarea es criticar el hoy y no lo que puede llegar a ser. Y lo que hoy es, ya esta expuesto en el artículo. En cuanto a esos nuevos criterios, son los mismos que en tu época. Lo que pasa es que la critica, como ya sabes, “es como la sangre, está en movimiento constante” y seguirá en ese estado por los siglos de los siglos. Así que se comprende que no los entiendas -como me va a pasar a mí en un par de años-. Es una verdadera lastima que no estés tan contento con la carrera. En ella se nos enseña como aplacar esas “manías que tenemos los proyectos de críticos para sobreactuarlo todo y de llevar los sentimientos a extremos”. Por eso no se entiende que hables de “malicia” en la crítica ya que esta escrita desde la mayor objetividad que pude lograr. Por otro lado, y asumo que estarás de acuerdo conmigo, “toda crítica, además de ser una autobiografía, es también una autocrítica”; por lo que deberías tener cuidado en usar ciertos términos maliciosos en ella -para no mostrar tus verdaderas intenciones, digo-. Por ultimo quiero agregar que, sinceramente, yo sí aplaudo a la carrera, ya que también nos enseñan a, entre otras cosas, no vivir repitiéndonos a nosotros mismos en cada nota que hacemos. Y que, como bien vos decís, todos, TODOS, seguimos siendo estudiantes. Así que me retiro "a aprender, a aprender sobre lo cinematográfico y lo onírico pero, sobre todo, a aprender acerca de uno mismo".
Saludos.
Exequiel Reydó

Sonia Bertotti dijo...

Estimado Exequiel Reydó y a sus amigos estudiantes de periodismo critico,

Voy a sumarme a esta discusión, no sólo por apoyar a mi amigo Nicolás Sorrívas, sino también por dar a conocer mi postura sobre este blog.
Yo creo señor , que la actitud que demuestran los estudiantes de periodismo critico en este espacio , no es más que una burda discusión de quien la tiene más grande.
Su misma critica hacia este cortometraje, lo pone en evidencia .Ya que no puede ir mas allá de ver problemas técnicos, que por más que se arreglen , no cambiarían la esencia del mismo. De las 30 y pico líneas que hacen a su crítica, en ni una hay un análisis del film bajo ningún aspecto. Sólo es una detallada lista de problemas, que nada tienen que ver con el cortometraje en si mismo. Y es más triste aun, señor, pensar que eso lo impulso a usted a escribir. Sería lo mismo que yo en este momento en vez de criticar su nota como una unidad de sentido, me ponga desde una postura ignorante, a fijarme sus errores ortográficos o semánticos.
En la misma muestra se pueden embolsar millones de problemas técnicos de todos los cortometrajes. Creo que no se salva ninguno, por como dijo bien el señor sorrivas, todos somos estudiantes, y estamos aprendiendo. Para mi entender estos errores, nada tiene que ver con el cine, sino no podrían existir Lars Von triar o John Cassavetes . Y fijarse en ellos solo demuestra la postura maliciosa e inexperta de quienes escriben. Hay muchas cosas por criticar en este cortometraje, y en todos los que participaron de la muestra. Y este blog podría servir para construir un espacio de critica y apredizaje, desde una postura respetuosa , con sentido critico y el cual creo lo están desperdiciando.
En la misma muestra hubieron cortos que brillaron, como “La Estancia”, “ Entre Canillas y Quebrantos “, “ La mía Casa” o “Modelo Vivo”, y en este blog brillan por su ausencia. Claro esta que el cortometraje del Maldito Doctor Lowenstein , que genera polemica tiene millones de comentarios , y varias reseñas. Esto solo demuestra que este lugar esta más cerca de ser el programa de rial, que un espacio para discutir de cine.
No es la critica , lo que a mi me molesta, es más , me parece que este espacio esta buenísimo, y podría generar cosas muy buenas. Pero la postura que toman la mayoría de los estudiantes en este blog, es lo que me hace hablar y decir lo que pienso.

De todas formas , destaco algunos estudiantes, como la señorita Romina Quevedo , o la señorita Soledad Bianchi, no porque me hayan criticado bien, sino porque la postura que ellas toman con respecto a mi obra, exponen que realmente sientieron la esencia del cortometraje, y no como hace usted señor, y sus amigos, en marcar una lista de errores técnicos, los cuales se puede dar cuenta mi mamá, mi abuela y mi tía.

joe orellano dijo...

Coincido con esta chica Sonia Bertotti (a la cual felicito por su corto)cuando se refiere a que este blog se parece a un programa de Rial,hay muchachos que solo quieren parecerse al amante y hay es cuando mean fuera del tarro.aunque sigue sin gustarme este corto, pero bue sobre gustos...
Aca nadie la tiene mas grande que nadie.El que piense asi pobre de el/ella. De igual manera me gustaria saber a que te referia con esa frase falica.

Nicolás Sorrivas dijo...

"Ten cuidado con lo que dices", son las sabias palabras del maestro, "porque bien pueden ponerse en tu contra". Okey, conocía las reglas de juego y heme aquí en el campo de fuego. Una crítica sobre la crítica más que crítica es un golpe bajo. Así que me retiro con bandera blanca, doblando mi propia apuesta hacia la tregua. Y, ya que aparecen mis palabras entre comillas, no las del presente sino las del pasado, a propósito de cine, vuelvo a decir que "lo que importa, no es el resultado final sino ese recorrido de aprendizaje, de búsqueda de nuestro propio interior que nos lleva a ser lo que somos. Mejores o peores, patéticos o ganadores, lastimosos o luchadores". Say no more.

Soledad Bianchi dijo...

Campanella SIEMPRE se equivocó y no creo que deje de hacerlo. Me encantó hacer esta carrera para saber explicar cual es la repulsión que me significan sus conceptos, según mi apreciación, de golpe bajo, malas intenciones y consignas irrespetuosas. Claro que esto puede derivar a otra discusión, en la que estaría encantada de participar.
Hay muchas críticas en el blog, y así como sentimos sus valoraciones en contra, pocas veces las sentimos a favor. Si pueden apreciar, pocas notas “buenas” fueron comentadas, resaltando la sintaxis o el análisis propuesto. Sin embargo, eso no significa que juguemos, aunque un poco lo hacemos, con la polémica. Los cortos denotan sensaciones que son expresadas, quizás de forma salvaje, a favor o en contra, y las mismas críticas también lo hacen. Nada intenta ser falso o impuesto, quizás se vuelve exagerado por un repudio incontenible ya sea desde la temática o desde el vacío de forma, pero con solo justificar porque no se está de acuerdo de su parte, estaría bien, de hecho, sería muy interesante. Al ponerse en una posición de juzgar a la crítica, se está logrando lo mismo que se repudia. Es la segunda cobertura, y el aprendizaje surge de la misma consigna. No creo que ninguno de nosotros tenga la intención de frustrar una carrera, sí de evidenciar los errores para próximas manifestaciones.
Mi intención en ese sentido es intentar valorar la puesta cinematográfica, y hacer exaltar los problemas solucionables. Pero el contenido se atraviesa en mucho de los casos, aunque claro, esto no sea lo más importante. Hay cortos que indignan, y no por el mal aprendizaje de los conceptos enseñados, ni por las fallas técnicas, sino por lo que intenta mostrar, a cualquier precio.
Hacer cine, no es fácil, tampoco criticar cortos de estudiantes, salvo que tengan intenciones claras, ahí se vuelve un placer. El problema que se suscita, es cuando esas intenciones son fundamentadas en una calidad conceptual llena de arrogancia, golpe bajo y temáticas absurdas, pero sobre todo, ausentes cualquier tipo de forma cinematográfica.
Aprendí de errores pasados, de criticar cortos con mucha ironía, que luego me llenaron de culpa. Igualmente, no pude evitar gritar es esta cobertura ya en la quinta crítca escrita, aún no publicada, aunque juro intenté callarme- Cuando me cuentan historias vacías de forma, pero cargadas de un fondo banal y equívoco, necesito el espacio para tratar de evidenciar cual es el problema, a la vez, para resaltar otros cortos logrados. No quiero dejar pasar esas cosas, como una enseñanza, no de mí para el alumno, sino hacia la reflexión. Claro que es difícil contener el animal crítico, pero se aprende. Siempre hace falta aprender, y agradecemos sus comentarios, siempre que sean respetuosos, y también sus enojos, que nos enseñan aún más.

Unknown dijo...

Parecería que en la mentalidad de “ciertos” aspirantes de la carrera de crítica de cine, ser crítico se reduce meramente a destruir lo que otro intenta construir. Tanto con aciertos, como con desaciertos “como cualquier ser humano, que se precie de tal”. Acaso ¿la vida no es un eterno aprendizaje? ¿Es posible calificar el arte? Cuándo una obra se puede juzgar de diferente manera según el punto de vista de cada persona.
Desde mi humilde lugar, intento hacer cine y digo intento, porque no soy una persona necia que no acepta sus errores. Soy la primera en autocriticarse. Puedo estar de acuerdo con algunas de las cosas que se dijeron acerca de mi cortometraje y en desacuerdo con otras. Pero eso no viene al caso. No es lo que me motiva a escribir. No se trata de intentar justificar lo hecho o explicar el porque de las decisiones tomadas. Simplemente de dar una opinión, acerca de lo acontecido en el blog. Se trata del “tono” en el que fueron escritas la mayor parte de las críticas. Vuelvo a repetir, no me quejo del contenido, sino de la forma. Creo firmemente que de los errores se aprende. Por ello, lo que me molesta es la cizaña con la que se utilizan las palabras para “calificar” o mejor dicho “descalificar” al que se encuentra del otro lado. Ignoro a qué se deba esta postura, si tiene que ver con un resentimiento oculto. Si acaso, es lo primero que los estudiantes de crítica aprenden (¿?). Pero lo cierto, es que entre “algunos”, parece haberse instalado una competencia para ver quien escribe la crítica más destructiva, más dañina (o como mejor dice Sonia quien la tiene más grande) valiéndose de textos aprendidos de memoria o incluso robados (lo cual deja bastante que desear) para atacar al “otro”. Ese otro que parece haberse convertido en el “enemigo íntimo nº 1”, sólo por aventurarse a crear nuevos mundos.
Para concluir, siendo las palabras la principal herramienta de un crítico ¿no deberían éstas ser utilizadas con mayor cuidado? haciendo de lado un “ego” totalmente injustificado, qué sólo puede adquirirse como reputación, con el tiempo y la experiencia. Creo por sobre todas cosas se trata de “aprender a decir”, ubicándose en el lugar que a cada uno le corresponde, sin falsos alardes. Reconocer nuestros propios defectos antes de regodearse con las miserias de los demás.

Anónimo dijo...

A los críticos cuando nos recibamos, deberían regalarnos en lugar de birretes, un tridente, una capa, bigotes al estilo Pachano y una estadía con todo pago al infierno. Solo así lograríamos que algunos directores se sintieran contentos. Y a demás, correspondería totalmente con quienes ellos se imaginan que escriben las criticas. Leo con muchísimo pesar que ellos piensan que las escribe el mismísimo Satanás. Utilizan palabras como “cizaña”, “malicia”, “dañina” (y un largo etc.), como si supieran lo que pasa en la mente de uno cuando escribe. Y les aseguro –por lo menos de mi parte- que están total y completamente equivocados. Si se resaltan todos los errores técnicos que tuvo este y otros cortos, y en algunos otros no se hace, es porque estos otros supieron sobrellevarlos. Para eso estamos, para que los directores tengan una opinión de cómo se ve su corto desde el otro lado. Una opinión que viene de alguien que no los conoce, ni tiene relación afectiva con ninguno de ustedes (como el publico en general). Claro, siempre podemos tirar flores a los cortos, total, todos somos estudiantes, ¿pero de qué les serviría? Una vez más, no se olviden que están egresando y salen al mundo real. Nosotros no somos Borges, Cabrera Infante o Woods pero damos una última opinión antes de su salida. Una opinión de la que ustedes se pueden agarrar para mejorar y enfrentar al mundo real. No hay que olvidarse que hay profesionales que son bastante filosos, y que ellos algunas veces sí escriben con malicia. ¿Qué va a pasar entonces, cuando reciban una de esas críticas? ¿Van a saltar en patota a atacar al crítico de turno? ¿Van a despotricar contra su forma de escribir? ¿O van a intentar demostrar que no esta en lo cierto haciendo otra cosa muchísimo mejor? Porque al fin y al cabo, terminan haciendo lo mismo que dicen que hacemos nosotros, descalificar al que está del otro lado. Por eso, construyan, imaginen, y no discutan, que discutir saca canas. Ahora, si me disculpan, me retiro, parece que se esta rebalsando el séptimo circulo y me llaman para que vaya a arreglar la pérdida.
Saludos,
Exequiel Reydó

ignaiza dijo...

Todas las notas están firmadas por el autor. Esta firma no es sólo información para el lector, significan que hay una persona que se hace cargo de lo que ahí se dice. Significa tambien que lo que ahi se diga no es una verdad sobre el mundo sino una opinion, vertida con seguridad y vehemencia en el mejor de los casos. (Creo que estoy citando a alguien)
Es decir, el critico tambien esta exponiendose al publicar su nota, tambien desnuda su produccion a la mirada de los demas como el director. Tambien deja en evidencia sus debilidades.
¿Por que no leer con los mismos ojos que esperan que se miren sus cortos? No hay ataques personales, las notas no quieren ser el descubrimiento de una verdad sino una produccion creada con la excusa de la vision de una pelicula. Si cumple su objetivo mas noble abrira una discusion que, en el mejor de los casos, estara relacionada con el corto criticado o con el cine.