Cobertura del BAFICI 2009: Entrevista a Javier Porta Fouz (Primera parte)


Javier Porta Fouz es Licenciado en Comunicación (UBA), y se desempeña como jefe de redacción de la revista El Amante/Cine desde donde el BAFICI es cubierto de manera bastante completa desde su primera edición en 1999. Pero además, desde el 2001 cumple diversas y a veces múltiples funciones en el festival, entre ellas - y desde hace algunos años-, la de formar parte del equipo de programación, es decir, una de las personas que mejor conoce el evento.

Con respecto a los cambios de dirección artística que tuvo el BAFICI (Quintín, Fernando Martín Peña y Sergio Wolf) ¿existe alguna diferencia o influencia por parte de cada uno?

Cada uno tiene una manera distinta, pero con Quintín no trabajé de programador, no elegía películas, en cambio, con Peña y Wolf sí. Los tres tienen diferentes personalidades y por eso es distinto el trabajo. Es más una cuestión de método y no de resultado o aplicación. Cada director se caracterizó por una manera de trabajar, por ciertos momentos más intensos o más tranquilos de trabajo, pero no creo que en los resultados haya diferencias. Se trabaja con libertad, el desarrollo se va dando naturalmente, se discute muchísimo, somos todos un equipo. El BAFICI se sigue pareciendo al BAFICI por más que cambie, porque cambiar está en su propia naturaleza. Igual me es difícil de evaluar porque lo veo desde adentro, trabajo en el festival desde 2001 y en la programación desde el 2005.

¿Cuál es el proceso desde que las películas son elegidas hasta que se proyecta en la sala?

Las películas se ven en los festivales de cine a los que los programadores asistimos durante el año, y en otros casos se piden copias o se presentan espontáneamente. Generalmente, la vemos todos los que podemos y si tiene consenso, se les da el sí. En el caso de los festivales, si vamos dos personas nos dividimos la programación para no ver lo mismo, y si a alguien le gusta y está convencido, se la invita a participar aunque sólo la haya visto esa única persona. En el caso de que el DVD esté acá, es algo más consensuado y discutido. En el caso de Berlín, por ejemplo, que se sabe que no llega el DVD porque está muy cerca del cierre de nuestra programación, directamente se invita a la película.

¿Existe algún criterio determinante que les marque a qué película invitar y a cuál dejar afuera?

Sí. Criterios internalizados, que podríamos llamar básicos. Por ejemplo, se les dice “no” a las películas argentinas que se hayan programado en otro festival en Argentina: se les exige premier, sobre todo este último año, porque en ediciones anteriores todavía se permitía, pero ahora se decidió que no. Esto se debe a que los festivales se manejan de manera jerárquica. ¿Por qué Cannes es el festival más importante? Porque exige premier mundial o internacional. Para un festival, una película vale más si se mostró menos. Todos quieren tener películas nuevas. Si uno gana prestigio puede exigir “primicias”.

¿A lo largo de los años se nota algún cambio llamémosle “cualitativo” en el público asistente?

Sí, me parece clarísimo que hubo una ampliación de la llegada del festival. Gente que antes no tenía idea de su existencia ahora lo conoce. Y también hay gente que asiste y no es cinéfila, ni va al Malba, ni a la Lugones durante el año; no es “del mundo cinéfilo” y sacan entradas para ver tres o cuatro películas. No son los espectadores que se piden vacaciones para ver cinco películas al día, no son personas que trabajan en el mundo del cine pero van igual. Me contaron que en una peluquería de Caballito se hablaba del festival, éso es una rareza. Cuando comenzó asistían sólo estudiantes de cine…

Claro, un público muy acotado.

Sí, igual acá hay ambiente de discusión de cine, pero ahora hay espectadores que ni siquiera van mucho al cine durante el año, pero van a ver tres o cuatro películas al BAFICI. Eso se nota, el festival está instalado. La población de la ciudad y alrededores sabe, lo conoce, y entonces van y sacan entradas. Hay una especie de avidez desesperante por la información: reclaman la grilla y el catálogo, se desesperan y empiezan a protestar antes de tiempo porque tanto la grilla como el catálogo están desde el primer minuto de venta de entradas, desde una semana antes todo lo prometido estuvo. Pero es rara la sensación de desesperación y de queja por la cola o el tiempo de espera, habiendo tres lugares para sacar las entradas, y ahora se sumó la nueva modalidad de venta por Internet. El público del festival de Buenos Aires es el más intenso, es muy generoso, va con una pasión infinita para ver una película; pero esa pasión también está para la queja, falla un subtítulo y ya están enardecidos. Fui a un montón de festivales de otras partes del mundo y si se cancela una película, ya está, se cancela, se ve otra. Acá si se cancela la película, empieza una catarata de quejas. Es el festival más tenso que yo conozco, se disfruta de una manera un poco masoquista. Es divertido, tiene mucha adrenalina.

¿Cuál es tu opinión sobre la producción argentina que se presenta este año?

De las películas argentinas no puedo hablar antes del BAFICI. Lo tenemos absolutamente prohibido por el Director artístico. Incluso no se pueden mostrar, son estrenos mundiales, ninguno de nosotros puede adelantar información ni opinar. Habrá que verlas el día que está la privada y recién ahí escribir o comentar, no se puede decir nada antes. Es la parte más sensible del festival. Más allá de esto, lo que noto en los últimos años es que hay variedad. Hay pocas películas que se parecen entre sí y me parece muy saludable. Este año eso también se da. Lo máximo que puedo decir es esto, que estoy contento con la variedad y por supuesto algunas me gustan más que otras.

¿Este año no va a haber algún Historias extraordinarias? ¿Intuís que puede pasar lo mismo con alguna película argentina?

Ni idea, pueden ser varias. Historias extraordinarias a esta altura del año pasado no estaba terminada y la versión completa se proyectó en el BAFICI. Y si me preguntabas esto mismo el año pasado, no te hubiera podido decir nada tampoco, no podía arriesgar qué película podía resultar “la vedette”.

(Continúa acá)

Entrevista: Fernanda Lascialandá y Victoria Ceccotti

2 comentarios:

Sole Lila dijo...

Muy interesante entrevista!!! ansiosa espero segunda parte de la misma
saludos!

Anónimo dijo...

que gran vinchaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

El crítico más a la moda del país.