16 Razones para amar Two Lane Blacktop - por Richard Linklater


Porque es la mas pura road-movie norteamericana

Porque parece una película para el autocine dirigida por un director de la nouvelle vague.

Porque lo único que puede interponerse entre un chico y su obsesión por un auto es una chica, y
Lori Bird arruina perfectamente esa comunión entre el Conductor, el Mecánico y el Automóvil.

Porque Dennis Wilson brinda la mejor actuación hecha alguna vez por un conductor.

Porque James Taylor parece un refugiado de una película de Robert Bresson.

Porque alguna vez hubo un dios que camino la tierra llamado Warren Oates.

Porque todavía se discute sobre cuál es efectivamente el protagonista en esta película. Existen diferentes bandos, para algunos es el Chevy 55, para otros es el GTO.

Porque tiene el final mas puramente cinematográfico de la historia.

Porque es como un western. Los flacos parecen viejos pistoleros listos para desafiar el arma más rápida del pueblo. Aunque ellos no hablan de viejas conquistas sino de otros viejos autos que han tenido.

Porque Warren Oates usa un sweater de cachemira distinto según la ocasión. Y, por supuesto, por el minibar en su baúl.,

Porque, a diferencia, de otros films de la época, con su diseñada alienación de la Cultura de la Droga y de las protestas contra la guerra, esta película trata sobre la alienacion de cualquiera de los otros, como “American Comes Alive” de Robert Frank.

Porque Warren Oates pide una hamburguesa y un Alka Seltzer y dice algo como “todo va demasiado rápido… y no lo suficientemente rápido”.

Porque es el ultimo film de los ‘60s –aunque haya salido en el ’71- y, al mismo tiempo, el primero de los ‘70s. Ustedes saben, la gran era de las películas tipo “cómo mierda fue posible que hayan logrado que un Studio haga esta película/Hollywood nunca haría esto hoy”.

Porque los motores nunca sonaron tan bien en una película.

Porque estos dos jóvenes en su viaje a ningún lado no saben hablar. El Conductor realmente no conversa cuando esta tras el volante, y el Mecánico realmente no habla cuando esta trabajando en el auto. Por eso es que esta es una experiencia primariamente visual, atmosférica. Mirar esta película correctamente significa ser absorbido por ella.

Y, por sobre todo esto, Two-Lane Blacktop recorre y lleva al extremo esta idea. Y eso es una cosa rara en este mundo; una película completamente honesta.



7 comentarios:

Regina Olsen dijo...

Queridísimo redactor de las 16 Razones para amar Two Lane Blacktop:

Me ha convencido. He sido despertada al deseo insoportable (porque es tarde y aunque corriese hasta el video -con lo que implica correr hasta el video por estos días- me dirían que no, que no la tienen, que no la conocen, que se olvidaron, etc.) de mirar esta película, de ser absorbida por esta película. Espero, ansiosa, que mañana sea rápido.

Saludos.

Anónimo dijo...

gracias a F.M.Peña que programó la retrospectiva de Monte Hellman hace un par ediciones del BAFICI y pude ver películas como The Shooting, Ride in the Whirlwind o bien la maravilla en cuestión, en 35mm y buenas copias, y como si fuera poco, charlar un rato después con el groso de MH.

lástima que sea así de inaccesible la obra del tipo este.

Anónimo dijo...

Ay! llegue tarde para votar a González Iñárritu en la bendita encuesta, maldita sea.No hay forma de que mi voto ingrese, es de extrema necesidad, gracias.

Capitán Zissou dijo...

los horarios de las clases,fiera? alguien?

Unknown dijo...

"Two Lane Blacktop" y el desencanto romántico de la generación norteamericana del setenta. Las utopías y los viajes, sus luchas y sus muertos, la pasión corporizada, tangible, pero ante todo sincera. Y también sus errores: el plano final, ralentando esa suerte de salto al vacío de James Taylor en algún punto se relaciona con aquél "La hemos cagado" que Wyatt confesaba a Billy en Easy Rider". De ahí que el fílmico se queme, la ficción se acabe, y las utopías hayan sido consumidas.
Por allí suenan los versos de Kristofferson teñidos por la nostálgica voz de Janis Joplin evocando a Bobby McGee y la ruta como el hogar de todos los inconformistas, de aquellos que se marginaron para seguir creyendo todavía que la libertad es sólo otra palabra para decir "no queda nada más que perder".

Anónimo dijo...

parece que siempre queda algo que perder. leo, aunque sea el romanticismo...

Unknown dijo...

cuando raúl hace dos horas habló de este blog en clase, haciendo mención al tópico del mes, instantánamente pensé en esta pelí que ví en la lugones en algún festival y a d mts de la pantalla, primera fila creo, salvo que no recordaba el nombre.

es increíble cómo este tipo de películas se dejan recorrer en medio de una atmósfera en la que parece no suceder nada.